Cuántas veces solo fui silbando yo Caminando por una vereda; Cuántas bicicletas he robado yo Caminando por una vereda.
Quiero entrar en tu mundo, En tu mundo de fruta encendida, De miradas suaves incomprendidas, En tus miedos, tus palpitaciones Hay ligeras sensaciones, Tus vergüenzas y tus olores Y el saber no saber los pudores; Quiero entrar.
Quiero entrar en tu mundo De palomas apenas volando, Con tus ojos de amor asombrados, Con tus días cansados y claros En tu mundo de luces vivas De promesas y de fantasías; Quiero entrar.
Pero nunca he visto una mirada igual Caminando por una vereda; Tal vez tengas quince tal vez dieciséis; Ábreme tus brazos, no preguntes quién.