Cuando tocaba en los bares un borracho me decía “En las cenizas del fracaso está la sabiduría”. La piedra filosofal que yo busqué cada día y aún no he podido encontrar, tal vez porque ya no exista. Cuando dormía en los parques un arcángel venía a protegerme de noche, a espantar a la policía. No sé lo que pasó, si estaba escrito o no, si fue su culpa o la mía. Pero mi ángel cayó, igual que yo caí en cada vicio que me descubría. La diferencia entre él y yo, es que yo aún sigo con vida. Siempre tenía un plan, hablaba de escapar robando un barco del puerto. Si le hubiera dejado hubiera reventado la caja fuerte de un banco creyendo en delirios de Robin Hood. Delirios de Robin Hood…