Y si me persiguen, sin me persiguen, si me persiguen me iré más al sur.
Mis zapatos no sirven para todos los terrenos, te diré lo que me está pasando: no te tengo norte, y se me olvida de noche por donde sale el sol. Los manteles están servidos mirando al sur.
Delante una isla que me oculta otra isla, los cangrejos de detrás deberán sentirse doblemente bien amparados.
A veces me hizo daño la madre naturaleza, no vale la pena pensar en si merezco el tiempo malpasado por no estar en el sur de la cuestión.
Puedes creer que lo digo sólo por mí, pero también sientes lo que yo siento los que no saben qué es un camino derecho y no me olvido de la espuma de tus olas cuando te enalteces ante mí.