Érase de un marinero que hizo un jardín junto al mar y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor y el marinero se fue por esos mares de Dios.
La España de charanga y pandereta cerrado y sacristía devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta ha de tener su mármol y su día, su infalible mañana y su poeta.
Érase de un marinero que hizo un jardín junto al mar y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor y el marinero se fue por esos mares de Dios.