Su hatillo contenía una sola riqueza. Su casa es el camino, madreselvas y palmeras. No quiere riquezas, no quiere poder, él sólo quiere ver amanecer, tumbado en la hierba a la orilla del mar. Si hay hombres que han consagrado toda su vida a hacer cometas y verlas volar, contéstame, ¿para qué sirve una hormiga? y luego dime si es santo el caimán. Hay hombres meditando en montañas junto al cielo. Ellos te cuentan que las aguilas les hablan y que hubo un día en que las montañas volaban. Si las montañas podían volar, contéstame ¿para qué sirve una hormiga? y luego dime si es santo el caimán. Si esta tan claro y me dicen que tu eres sabio, convénceme de que es santo el caimán.