Hoy a mi puerta un pájaro trinó, pero abrí y una sombra se echó a volar. Hoy recordé a Edgardo, aquel señor fumador de amapolas, que era juglar.
Hoy haré una página celeste, trovadicta, trovardiente. Hoy, cantando sólo con la luna, ya que se hizo puta la fortuna. Hoy me trovaré para alegrarme, como Edgardo, sin alarde.