Degenerado y mujeriego Con cierto aire de faquir, Anda arrastrando su esqueleto Por las entrañas de Madrid. Aunque andaluz de fin de siglo Universal, quiero decir, No sé qué tiene de rabino Cuando lo miro de perfil. Amigo de causas perdidas Desde aquel mayo de París, No tiene más filosofía Que el “vive a tope hasta morir”. Medio profeta, medio quinqui, El lumpen es su pedigrí Un tinto y una buena titi Le bastan para resistir. Tirando a zurdo en sus ideas Por donde Escora Bakunín Dice que abajo las banderas Y arriba la lluvia de abril. El perdedor es su universo Aunque pretende ser feliz. Y aún hay quien dice que está cuerdo. Pongamos que hablo de Joaquín.