En un círculo de estelas gira el ser que a mí me alienta, entre todas las mentiras la carga que tanto pesa. Y en la quietud de la noche oigo al viento que me cuenta: anidan lealtades tras el cortinaje eterno; suma, resta y sal del laberinto. Rosas negras para amar cuando ya no hay nada más. si tu ausencia te hace más real. Me encontrarás a tu vuelta donde el arcoiris nace. Rosas para enamorar cuando ya no hay nada más que resaca y bajamar, en la orilla solitaria de una cruda pasión. Rosa negra, ecos de soledad. Cuando se oculta la sangre viendo morir las tardes. Ahora que atravieso la maraña de mi selva, saltimbanqui de mi absurdo circo. Rosas negras para amar, cuando ya no hay nada más que resaca y bajamar en la orilla. Si no queda nada más rosas para enamorar. sumo resto y no puedo salir.