Me despertó un roce, era la enfermera árabe que me cuidaba, era tarde y el cielo sangre. Me dijiste algo que no vi y yo sólo quería abrir tu carne brillante y entregarla en ofrenda a la tierra color de sangre. Te pregunté qué puedo hacer y decidiste bañarme, hacerme rozar tu cuerpo y sentirte agradable y a sentirme culpable. Erramos por mi apartamento, Juagamos a ser el mejor tormento de tu carne brillante. Escribo una frase con tinta violeta “todo lo que sale entra” y si no se esconde entre una toalla mojada de nuestra enfermera árabe. Y si somos camaradas no debes sentir el miedo, ni gemir entre animales ni dormir mirando el cielo. Sólo sentir tu carne brillante y entregarla en ofrenda a la tierra color de sangre. Abrir tu carne brillante.