El marinero y el capitán se reunieron en un bar y encargaron otra botella de ron; ése sería el puerto final y lo fue tanto de verdad que bajo el mar ahora descansan juntos los dos. Fue por una rubia loca que bailaba sola hasta el amanecer y se movía, pero tan bien que fue mirarla y fue perder todo por ese cuerpo y esa promesa. Ya no era joven pero era audaz y bailaba siempre al compás no le importaba que se la echaran a suertes. Llegó la noche, llegó el champán, llegó la hora de la verdad y esa apuesta, al final, la ganó la muerte. Fue por una rubia loca... Cuando el barco llega a la ciudad las mujeres salen y los hombres solos bajan a los bares, y esa noche todo vale! Y sientes tu corazón latir al ritmo de esta milonga que es la milonga del marinero y el capitán. Fue por una rubia loca...