Concreté la fecha de mi muerte con Satán. Le engañé y ahora no hay quien me pare los pies. Razonar es siempre tan difícil para mí. Qué más da si al final me sale todo siempre bien del revés. Nací un buen día, mi madre no era virgen no vino el rey, tampoco me importó hago milagros, convierto el agua en vino me resucito si me hago un canutito. Soy Evaristo, el rey de la baraja vivo entre rejas, antes era chapista los mercaderes ocuparon mi templo y me aplicaron ley antiterrorista. ¿Cuánto más necesito para ser dios? ¿Cuánto más necesito convencer? Y perdí la cuenta de las veces que te amé. Desquicié tu vida por ponerla junto a mí. Vomité mi alma en cada verso que te di ¿qué te di? Olvidé me quedan tantas cosas que decir ¿Qué decir? Por conocer a cuantos se margina un día me vi metido en la heroína y aún hubo más, menuda pesadilla crucificado a base de pastillas. ¿Cuánto más necesito para ser dios?