El muelles va recorriendo el arrabal
cuando está bien le encanta saludar
camina a saltitos, cruza sin mirar
pero a veces le ves
solo e inmóvil, sin hablar
ni la lluvia ni freud,
le saben despertar. él dice que hay un ángel en el pan
un ángel de levadura, harina y sal
que ofrece a cachitos para merendar
brillan sus ojos al sol
y comprendes en su voz
que su conversación
es solo corazón.