Quién se puede reir del dolor cuando mira a la cara. Quién puede discutir la razón con las manos atadas. Dime quién, dime quién, dime quién, dime quién va a jugar la partida las apuestas ya están hechas, la muerte sobre la mesa se ha jugado la vida.
La gente idiota se siente a salvo cerebros enfermos en cuerpos muy sanos.
Me ofreces dinero que no vale nada la oveja que grita y el lobo se espanta. Sé que tú me quieres engañar y eso ya es bastante en tu boca sólo hay mentiras y en la ciudad hay sangre.
Para qué, para qué, para qué, para qué todo por un mendrugo me he mirado el esqueleto ya sé que no soy perfecto y eso me ayuda mucho.