Líbrame de los caminos que confunden a mis pies, donde lo bueno es malo y lo malo esta bien. Donde las sombras atan al olvido todo aquello que hemos sido. Líbrame de las verdades que se forjan del dolor o de creer que una mentira con amor sabe mejor que ver la vida en la noche y en el día. Llévame a ser uno contigo entre los hombres que ceden su fruto como el trigo. Llévame entre tus manos por la senda donde se que no es en vano darse a florecer. Líbrame de ser la voz que juzgue a otros sin saber, O del silencio que consienta en detener el paso del auxilio a un lamento abandonado a los vientos. Líbrame de los locos que viven con el arma en pie y de los cuerdos que les pagan con su fe. De los que arden como un fuego hueco y queman lo verde y lo seco. Llévame a ser uno contigo entre los hombres que ceden su fruto como el trigo. Llévame entre tus manos por la senda donde se que no es en vano darse a florecer.