Pasábamos el día jugando al sol
uniendo sentimiento y sonrisa convirtiendo el tiempo en dulce soma de amor.
Vivimos el uno para hacer del otro un ángel y adorarnos, hasta el punto de morir y llorar por devoción.
Nadie nos dijo que a la vuelta del placer está el principio del dolor.
Y concebimos un pequeño parecido a los humanos que no quiso respirar y nació para marchar.
Por cada nombre que pensamos una losa se hizo muro entre los dos.
A todas luces de tu razón la voluntad divina se hacía injusta y todavía no perdonas a Diós.
Y la desdicha se hizo dueña de tus ojos apagando con sollozos de mujer la esperanza y la ilusión.
Cuando el final estuvo a punto un suceso inesperado aconteció.
Na na na na na na na na na, na na na na......
Nadie nos dijo que a la vuelta del placer esta el principio del dolor.
Y fue de noche que entre sueños parecido a los humanos, un pequeño apareció y a tu oído susurró; Queridos padres le pusistéis tanto amor que fui directo al cielo.