Estimado señor don, te escribo estas cuatro letras porque fuí obrero tuyo de la fabrica de Tejas. Trabajé para tí, No hubo forma de prosperar entregué mi salud y mi juventud. Una vida perdida por no poder arreglas mis goteras. Y me duelen los riñones que sudaron tus millones. Siempre haciendo lo mismo perseguir un destino por los mismos carriles y no fué divertido. Aunque tarde me doy cuenta que me hicista la faena, no me encuentro satisfecho y quería que lo sepas. Y me duelen los riñones mis dolores, tus millones. Y me duelen tus millones te la sudan mis dolores. Mis riñones