El que ha vivido penando por causa de un mal amor, no encuentra nada mejor que cantar y e ir pensando. Y si anduvo calculando qué culpa pudo tener, cuando ve que la mujer no conoce obligaciones, se consuela con canciones y se olvida de querer.
Por eso niña te pido que no me guardes rencor, yo no puedo darte amor ni vos podés darme olvido. Yo sé que en cualquier descuido me iba a volear contra el suelo y aunque me ofrezcas consuelo yo no puedo aceptar; puedo enseñarte a volar, pero no seguirte el vuelo.
Yo no te puedo entregar un corazón apagado; cuando falla el del costado no hay nada que conversar. Hay una forma de amar que es un modo de conciencia; hay un amor que es paciencia y otro que es sólo aromar. ¿Cuál amor te podría dar quien amara tu inocencia?
Cuando te vuelva a encontrar nos podremos sonreír; prefiero verte partir como te he visto llegar. Cuando vuelvas a pensar que una vez te conocí y que nomás porque sí te compuse una canción, cantará en tu corazón lo poquito que te dí.